Día de campo dejó en claro que sembrar alfalfa en una zona con escasez hídrica ya no es un establecimiento impensado. Hoy, es una opción absolutamente posible pues existen opciones forrajeras para el secano costero e interior, siendo la alfalfa el recurso en el que está abocado un equipo interdisciplinario de expertos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA; y universidades de la Región del Maule, Ñuble y Bíobio.
En Portezuelo, la unidad demostrativa de alfalfa de una hectárea desafía los suelos graníticos en condiciones de secano mediterráneo de la Región del Ñuble.
No es fácil. Tal y como lo plantea uno de los especialistas del INIA que trabaja en este territorio, el Dr. Luis Inostroza, investigador en mejoramiento genético de INIA Quilamapu, “la alfalfa es un cultivo especialmente de riego y los productores de la localidad de Portezuelo, donde hacemos evaluaciones además de Cauquenes, desconocen que esta especie se puede cultivar en condiciones de secano”.
Generar un cambio en la percepción del agricultor que habita en el Secano Mediterráneo de la Región del Ñuble hacia el cultivo de la alfalfa, en un territorio con escasez de agua, es el enorme desafío que enfrenta el equipo de especialistas del INIA. Aquí, los períodos de sequía son prolongados, duran entre 6 y 7 meses (desde noviembre hasta mayo).
Los estudios de más de 10 años de investigación INIA demuestran que la alfalfa puede ser utilizada por los ganaderos ovinos y bovinos para complementar su sistema de producción.
Esta es una de las propuestas tecnológicas más importantes que realiza el INIA en el Secano Mediterráneo, donde lo transcendental es que los productores vean que la alfalfa es un recurso forrajero factible de establecer.
Hay un desconocimiento absoluto de esta situación incluso a nivel de profesionales, destaca el Dr. Luis Inostroza. “En la Universidad nos enseñan que la alfalfa se cultiva solamente en los mejores suelos y con riego y es impensable de cultivarla en condiciones de secano”.
Por esto, precisó, “buscamos impulsar un cambio tecnológico, donde los Operadores del SIRSD-S de INDAP puedan proponer siembras de alfalfa en condiciones de secano como parte de un plan de manejo”. Esta situación, asegura el experto, “nos plantea el desafío de introducir el concepto de alfalfa de secano hacia quienes llevan a cabo los programas de recuperación de suelos y de praderas”. Para esto, agregó, “disponemos más de 10 de años de trabajo que nos permiten afirmar y recomendar, que sí se puede establecer alfalfa en condiciones de secano”.

Al día de campo titulado “Siembra de Otoño de Alfalfas de Secano”, en la localidad de Portezuelo asistieron más de 70 productores, equipos técnicos de los Prodesales, encargados del programa de fomento SIRSD-S, además de su alcalde, que es uno de los más entusiastas con esta propuesta tecnológica INIA.
El lugar donde se realizó este día de campo, fue en el predio del pequeño agricultor Juan Acuña en el sector Liucura, Portezuelo, en la región del Ñuble que corresponde al Secano Mediterráneo Interior (laderas y valles de la Cordillera de la Costa).
El especialista Luis Inostroza explica que la Unidad Demostrativa parte con un objetivo de difundir la tecnología de la alfalfa en secano y el día de campo fue justamente organizado para eso, “demostrar a los productores que la alfalfa se puede transformar en una buena base de los sistemas ganaderos ovinos y bovinos en el secano mediterráneo”.
Aquí, a través de diferentes estaciones técnicas, se explicó el rol de la pradera en los sistemas productivos de secano (Ing. Ag. Carlos Ruiz). También se mostró una calicata, donde los asistentes conocieron la naturaleza del perfil de suelo y las consideraciones técnicas necesarias para una adecuada preparación de suelo (Profesor Celerino Quezada). Adicionalmente se discutieron conceptos de rotación de cultivos, selección de cultivares, fertilización al establecimiento y estrategias de siembra. Los productos revisaron in situ las maquinarias utilizadas para la preparación de suelo y siembra y una pradera de alfalfa de 1 ha con 15 días de emergencia. La apuesta es establecer cultivos más rentables y que la alfalfa pueda expresar su potencial en esta siembra de otoño en el secano.
Esto, asegura el especialista, “no es una siembra experimental, es a escala real. Se trata de una unidad demostrativa donde se sembró una hectárea de alfalfa en las condiciones de un agricultor, lo que nos va a permitir hacer la proyección de lo que va a ocurrir cuando el INIA tenga las variedades de alfalfa mejoradas que actualmente se está estudiando”.
La siembra en este campo fue realizada con una variedad Baldrich, empresa que ha estado apoyando los estudios que viene realizando INIA en relación a este cultivo. Es una variedad de alto rendimiento hecha para condiciones de riego. Pero, al tratarse de una alfalfa, igualmente mantiene un grado de tolerancia a la sequía. “Obviamente no va a tener el mismo comportamiento”, precisa el experto. “Hay que dejar en claro que no es lo mismo una alfalfa cultivada en condiciones de secano que una alfalfa cultivada en condiciones de riego”.
Una alfalfa en secano, destaca el experto, no va a producir 20 toneladas de materia seca. “Aquí, estamos en presencia de un suelo granítico típico de textura franco areno arcillosa, ligeramente ácido, susceptible a la erosión y con deficiencias de materia orgánica, macroelementos y algunos microelementos”.
El alcalde de Portezuelo, René Schuffeneger Salas, asistió a este día de campo donde pudo observar y escuchar a los expertos, que la alfalfa es una opción real para estas condiciones. “Esta propuesta tecnológica se le presentó al alcalde a través de imágenes aéreas colectadas durante la época estival, cuando en la zona únicamente es posible observar el color verde de las viñas y bosques. En el nuevo escenario para el secano se adiciona el verde vigoroso del cultivo de la alfalfa, lo que llamó la atención del edil.”.
Recientemente se firmó un acuerdo de colaboración con la Municipalidad de Portezuelo para implementar a escala real, las labores de manejo de una siembra de alfalfa. Además, en el marco de esta misma alianza se busca mecanizar las siembras de praderas, para esto INIA ha puesto a disposición de la comunidad una sembradora.

En el día de campo se mostró una máquina sembradora porque una de las grandes dificultades que tienen los pequeños productores del secano es que no tienen acceso a maquinaria. “Son zonas marginales donde todavía se ara el suelo con caballos y creemos que este proyecto tiene que estar vinculado con la mecanización en la pequeña agricultura”.
La siembra de la unidad demostrativa de alfalfa se realizó en mayo y durante los próximos meses vienen las labores de manejo recomendadas para este tipo de suelo: fertilización adecuada, entre otras.
El valor pastoril de la alfalfa, dice la ingeniero agrónomo Viviana Barahona, encargada de Extensión del programa Alfalfas de Secano, es una de las principales demandas de los agricultores ganaderos de este territorio, quienes con el establecimiento de alfalfa podrían disponer de un forraje de alta calidad para alimentar su ganado. “Como INIA creemos que el mejoramiento de los sistemas debe incluir estrategias como establecimiento de forrajeras permanentes”.
Esta actividad es parte del proyecto ejecutado desde INIA La Cruz y apoyado por FIA titulado “Nueva variedad de alfalfa tolerante al estrés hídrico, para la adaptación de los sistemas ganaderos al cambio climático”.
El equipo técnico lo conforman la doctora Soledad Espinoza, directora del proyecto y lo integran los profesionales Luis Inostroza, Viviana Barahona, Macarena Gerding (Universidad de Concepción), Alejandro del Pozo (Universidad de Talca), Carlos Ovalle (asesor externo); y, los técnicos César Sánchez y Silvia Amigo.
En Portezuelo además se está evaluando las ocho líneas genéticas, estudio necesario antes de realizar la liberación de una o más variedades como las más promisorias.
Recordar que además de Portezuelo, las ocho líneas genéticas están siendo evaluadas en la Estación Experimental Hidango (Región de O Higgins), Cauquenes (Región del Maule), Santa Rosa en Chillán (Región del Ñuble), Portezuelo (Región del Ñuble), Estación Experimental El Carmen en la Precordillera (región del Ñuble) y en INIA Carillanca (Región de La Araucanía).

Datos interesantes de la Región del Ñuble
En la región del Ñuble se distinguen tres grandes territorios de desarrollo con actividad agropecuaria importante: el Territorio Secano Mediterráneo (formado por los secanos costero e interior), el Valle Central de Riego o Depresión Intermedia: y, la Precordillera Andina.
El Secano Mediterráneo, formado por los secanos costero e interior, lo conforman, además de Portezuelo, las comunas de Cobquecura, Quirihue, Ninhue, Trehuaco, Coelemu, y Ránquil y se caracterizan por presentar un bajo potencial productivo por parte de los agricultores, dadas las condiciones edafoclimáticas imperantes.
La Región de Ñuble posee una fuerte impronta campesina, posee un 30,8% de ruralidad, el nivel más alto en el contexto nacional, marcado por una orientación productiva altamente dependiente de la agricultura, el principal sustento económico de los habitantes.
En este territorio habitan 480 mil 609 con una gran diversidad de actividad silvoagropecuaria, situación poco común respecto al resto del país. Por ende es una región que presenta diversidad de suelos según origen, aptitud y capacidad de uso donde conviven vides, bosques, hortalizas y praderas de alfalfa.
La mayor parte está ocupada por pradera natural (45 mil hectáreas), plantaciones forestales (37 mil ha), cultivos anuales y permanentes (13 mil 573 ha), además de 10 mil 500 ha de barbechos para cultivos anuales.
Portezuelo es una de las comunas más pobres de la región, la agricultura sobrevive de una forma marginal, hay un componente importante que es la vitivinicultura con viñas ancestrales de 400 años, explotación forestal y la ganadería que ha estado siempre presente de manera muy marginal, con praderas de baja calidad.
